María y Ana son amantes. Juntas y tras muchos años con sus maridos han descubierto juntas la bisexualidad. Ana es una mujer más conservadora, no se atreve a dar el paso definitivo, mientras que, María, sigue sufriendo al tener que compartir a la mujer que ama.
Habla, a través de conversaciones en primera persona, sobre la situación y la experiencia vital de cuatro miembros del colectivo LGTBIQ+, ya mayores, en el final del franquismo y la transición española. El documental tiene un fuerte componente autoral; no pretende añadir datos ni cifras ni revelar hechos concretos de la historia de España, sino centrarse en vivencias emocionales.
Verano de 1976. Bea (Alicia Falcó) tiene 16 años y se suma a los aires de cambio que recorren el país; colabora con un grupo de mujeres para visibilizar la causa feminista y lograr la aprobación del derecho al aborto. La rebeldía que siente en la sangre se mezclará con un sentimiento inesperado que trastocará su mundo interior. A lo largo de estos meses, Bea entablará una amistad muy especial con Miren (Elena Tarrats), una chica algo mayor que ella y de buena familia. Su compromiso político y su relación con Miren convertirán ese verano en una etapa que marcará un antes y un después en su vida.
Sevilla, 1977. En un momento en el que la homosexualidad es delito, Reme, una madre tradicional movida por el amor de su hijo, un adolescente aspirante a artista, se involucrará en el movimiento LGTBI andaluz, gestado paradójicamente en el seno de la Iglesia.
Fefi trabaja en una granja de tomates con el resto de trabajadores. Una mañana, empieza a tener pensamientos eróticos con su compañera Mari. El ambiente asfixiante del invernadero favorece la ansiedad que sufre Fefi al no entender este nuevo deseo.
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